– ¿Saint Paul? Pero es feo, y he oído que el mercado es muy cutre, de cosas usadas o así, y que sólo van los locales. Está mucho mejor el de Saint Gilles.
– Ah, pues nos ha gustado. Por eso, porque está fuera de la burbuja turística y ayuda a hacerte una idea de cómo vive la gente aquí.
– ¿Y vistéis algo más?
– Por casualidad aparcamos delante de la mezquita y como es una antigua casa criolla no caímos en la cuenta hasta que empezaron a llegar hombres vestidos de un blanco impoluto con el corán debajo del brazo.
– ???
– Y me encantaron las señoras mayores que asistían a misa al templo católico, que está muy cerca. Llevaban sus mejores galas, pamela incluída. Parecían figurantes de una película ambientada en la época colonial.
-¡Ah! Que tú eras periodista o algo así, ¿verdad?
– ¿Perdón?
– ¡Claro! Por eso te gustan esas cosas.