Happy End de Vaivén producciones, para morirse de risa

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Fragmento del cartel e la obra de teatro Happy End de Vaivén Producciones

«Mal de unos, bien de otros». Que se lo digan a las empresas de cobro de morosos, compraventa de oro, academias de oposiciones e idiomas, bufetes de abogados laboralistas… Algunos de estos negocios vieron cómo su actividad se incrementaba a raíz de la crisis económica. En ese contexto nace Happy End,  una asociación que da nombre al último montaje de Vaivén Produccciones. La gerente de esta entidad clandestina de suicidio asistido ve cómo su idea de negocio se desmorona a raíz de los primeros brotes verdes que anuncian el final de la recesión e infunden en la población alegría de vivir.

La compañía donostiarra, dirigida por Iñaki Rikarte, firma una comedia negra que afronta un tema controvertido con un toque naif,  hilando una serie de gags que recuerdan al programa de la ETB Vaya semanita, especialmente cuando entra en escena Xabi Donosti. El actor da vida a Martín, uno de los tres protagonistas del montaje, un solterón desempleado y enmadrado que entra en la agencia por error, pero que resulta indispensable para la resolución de la trama. Le acompañan una correcta Ana Pimenta en el papel de Ainhoa, una madre rota por el dolor, que ve peligrar la fecha prevista para su fallecimiento por la falta de entrada de nuevos integrantes en la asociación; y  la gerente de la misma, un papel que normalmente interpreta Garbiñe Insausti.

Además de la interpretación de Xabi Donosti, me gustó especialmente la escenografía que Ikerne Gimenez  diseñó para la obra. Una  propuesta genial para echarse unas risas y desdramatizar un periodo desfavorable que, lejos de lo que propone la ficción, todavía va para largo.

Podéis ver Happy End mañana sábado 10 de diciembre a las 21:00 horas en el Teatro el Albéitar de la Universidad de León. Os dejo con el trailer. ¡Buen fin de semana!

Publicado por Lucía

Lo que más me hacía disfrutar de niña era hurgar en el armario de mi madre, caracterizarme, y meterme cada día en la piel de una heroína diferente. Ahora, con más de 30 años, encuentro esos momentos de recreo cuando voy al teatro, escucho un concierto, visito una exposición, o simplemente saboreando una copa entre amigos en un local con personalidad. Son breves entreactos en la rutina diaria.

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